El Sevilla de Jorge Sampaoli mostró la peor cara del proyecto en el momento en el que más necesitaba la brillantez de las mejores noches. Sampaoli se presentó en el Bernabéu con defensa de 4, Ganso y sin ninguno de los dos puntas. Un planteamiento arriesgado en el que al Sevilla le costaba conocerse a sí mismo.
La salida de balón siempre ha sido un problema en el Sevilla de esta temporada. El técnico de Casilda articuló con acierto una línea de 3 centrales que permitía a N´Zonzi no retrasar tanto su posición y ofrecer apoyo por delante con la compañía de Nasri. De esa manera, el Sevilla conseguía superioridad posicional y numérica en la primera línea de presión del rival. Y a partir de ahí, viajar juntos con balón para llegar arriba. Sin embargo, Sampaoli llegó al Bernabéu y volvió a la defensa de 4. Quitar un hombre atrás para sumar uno en la siguiente línea trajo varios desencadenantes negativos. El primero de ellos repercutió sobre los laterales. Entendemos que el objetivo era sujetar a Escudero y Mariano para sufrir menos por los costados. Juntar a Mariano + Ganso en banda derecha, sobre Marcelo + James, fue la primera decisión errónea. Mariano y Escudero son activos importantísimos en campo rival, y el Sevilla sufre mucho más cuando piensa en la portería propia antes que en la contraria. Sin sus aportaciones más arriba el equipo perdió profundidad exterior y Vitolo no tenía un socio. Y la fiabilidad "defensiva" del Sevilla nace de la capacidad que tenga para organizarse con balón. Ayer se quedó entre medias y ni supo tener la pelota ni qué hacer sin ella, y en la indefinición surgió el caos.
En salida, N´Zonzi tenía que retrasar la posición para emparejarse con Mercado y Rami. Y el Real Madrid hizo lo que mejor sabe hacer cuando Casemiro está en el campo, defender muy arriba y hacia delante. N´Zonzi no terminó de emparejarse, sino que se ofrecía en apoyo, pero Casemiro apenas le permitió girarse y las veces que lo conseguía, Nasri estaba demasiado lejos. El jugador brasileño, junto a Modric -nuevamente genial en el trabajo silencioso-, evitaba que cada inicio del Sevilla generase algún tipo de ventaja.
La entrada de Iborra en la alineación obedecía a una situación lógica. N´Zonzi necesita ayuda ante rivales de máximo peso. Lo que no se terminó de comprender es que el jugador valenciano estuviese tan lejos del francés. Más atrás hubiese permitido dividir la presión madridista y regalar algo de tiempo para que el crack pudiese girar, pero ni Iborra, demasiado lejos, ni Nasri, en tierra de nadie, ofrecieron ayuda a un N´Zonzi que se fue apagando con los minutos. Esa situación de incomodidad inicial repercutía de forma directa sobre todos los aspectos del juego. Ganso, muy perfilado a la derecha, apenas ofreció oposición sin balón ni pases entre líneas que permitiesen respirar al Sevilla.
En los análisis, nuevamente, volvió a aparecer la ausencia de intensidad como el mejor recurso para no hablar del juego. Que el Sevilla llegase siempre tarde tenía mucha más relación con el caos táctico en el que se veía envuelto -laterales poco profundos, otra consecuencia más de la ausencia de la línea de 3 centrales, líneas muy separadas y desequilibrio posicional en zonas de balón- que con la falta de ganas. Se observo cierta falta de agresividad en los duelos, pero eso no es propio del partido de ayer, sino tónica habitual durante toda la temporada. Cada acción de superioridad del Real Madrid generó un golpe emocional a un Sevilla que empezó a fallar pases fáciles o controles tras pases de 2 metros.
El Sevilla no podía salir porque no era capaz de sumar 3-4 pases en campo contrario, así que el único recurso fue buscar los desmarques de Correa a la espalda de la línea defensiva. Fue, más allá del acierto o desacierto de algunas acciones, el mejor recurso del Sevilla para encontrar oxígeno. Estiraba al equipo y al rival, pero fue en situaciones muy concretas, y el Real Madrid nunca sintió amenazado su dominio. Los cambios de Sampaoli no trajeron, como otras veces sí, soluciones. Solo Kranevitter hizo algo más que Iborra, porque liberaba a N´Zonzi, pero ninguno de ellos fue determinante para representar una mejora palpable sobre el juego. El Madrid fue bajando el ritmo del partido a medida que avanzaba y alejó al Sevilla de cualquier opción. Sin respuesta.