RECUPERAR LA NORMALIDAD


Sé que perder una final  y tener otra prácticamente inalcanzable no es el mejor comienzo para un proyecto deportivo. La ilusión de la afición sevillista por ganar títulos es inmensa, y que la realidad te golpee en las narices molesta, y mucho. Pero las cosas hay que mirarlas con perspectiva, y sobre todo, no perder de vista el sentido común. Se ha perdido frente a Real Madrid (minuto 119) y FC Barcelona. Lo normal. Cualquier otro desenlace habría resultado completamente sorprendente. Son las 2 mejores plantillas del mundo. 

El Sevilla FC y la dirección deportiva se han volcado con un proyecto ilusionante pero también muy complejo. El juego de posición es un modelo que se nutre de conceptos que precisan mucho trabajo y mucha competición. Los jugadores necesitan conocerse, pero no solo entre ellos, sino a ellos mismos. Vienen de plantillas diferentes o de modelos de juego diametralmente opuestos. Modelos que, al fin y al cabo, determinan la forma en la que el jugador es capaz de interpretar el juego. Los jugadores han ido incorporando a lo largo de sus respectivas carreras en su "memoria táctica" una serie de conceptos que en muchos casos van en contra de lo que se les pide ahora. Un ejemplo. Si a jugador siempre le han pedido que tiene que cerrar el primer palo en ABP, y ahora se le pide que esté en el segundo, por inercia, el jugador cerrará el primer palo en multitud de ocasiones. Por que es lo que ha aprehendido. Y tienen que despojarse de ese tipo de vicios (como dijo Francisco Beltrán en SFC Radio) para cumplir con lo que se les pide ahora. Y quitar esos conceptos de esa "memoria" para meter otros requiere tiempo. Y no hay otra forma de aprehenderlo que a través de la repetición.

Pues no solo hay que despojarse de esos "viejos" conceptos y trabajar los nuevos, sino crear estructuras que faciliten ese aprendizaje. Y asumir que los conceptos no pertenecen de manera individualiza al jugador, sino que permiten relacionarlos entre ellos. Y aquí entramos en el terreno de las sinergias, de los acercamientos, de la producción de sociedades... El jugador necesita "olvidar", "conocerse", "conocer a sus compañeros" y "relacionarse", Y todas esas cosas, con la idea como vehículo. Es trabajo del cuerpo técnico ayudar al futbolista a cumplir con todas esas necesidades. 

Después de este breve, pero necesario prefacio, vamos a salirnos un poco del terreno teórico y analizar qué es hoy el Sevilla FC. El Sevilla es un puñado de buenos futbolistas con la técnica como nexo comunicativo. Jugadores que ya estaban pero que jugaban a algo diferente, y jugadores nuevos que vienen de estructuras competitivas y de modelos de juego completamente antagónicos. Se han ido jugadores importantísimos que igual podrían no resultar claves en la nueva idea (aunque Banega y Gameiro serían activos centrales del modelo), pero que han hecho que el equipo pierda fuerza competitiva y cierta identidad. No ha sido una transición pausada, sino un todo o nada. Y es normal que eso genere dudas e inestabilidad. 

Photo by Aitor Alcalde / Getty Images
Queda muy claro que por el perfil de jugadores que se han fichado, el Sevilla FC va a querer siempre la pelota. Pero esto no se trata de un canto al amateurismo ni de una oda al fútbol bonito. Esto va de que el cuerpo técnico entiende que la mejor forma de que este equipo se desarrolle es con la pelota como punto de partida. Y lo interesante de todo es que el Sevilla, en estas dos finales, se ha sentido más cómodo sin balón que con él. Tenía la pelota pero no eran posesiones de calidad. La altura a la que se tenía no hacía daño, y la naturaleza de los pases no batían prácticamente una sola línea de presión, El equipo se desorganizaba con balón, porque no lo tenía en buenas condiciones, y no era capaz de desorganizar al rival. De ahí que cada pérdida fuese un drama. El rival atacaba de forma organizada a un equipo completamente desorganizado.
Frente al FC Barcelona, el equipo se encontró más cómodo en presión alta y robo rápido porque, de alguna manera, reducía el tiempo de organización -que alcanza el máximo de complejidad. No es fácil mover rivales-. Cuando redujo la altura de la presión, los balones llegaban a Messi en situaciones de ventaja y ahí se acabó todo. El mejor futbolista del planeta la recibía a 50 metros del área y dibujaba sin descanso la diagonal a la espalda del lateral derecho sevillista con una precisión milimétrica -concepto que ya analizamos en profundidad en Sevilla Scouting-. Fue el único momento en el que el Sevilla dejó de competir en las dos finales.

Aquí no se trata de si jugar bien es más importante que ganar. No hablamos de prioridades. La victoria es la aspiración de cualquier modelo. El Sevilla ha escogido este para llegar a ella. Y ya les adelanto, no será fácil. Se necesita mucho trabajo, mucho compromiso y mucho talento para que el modelo de juego tenga éxito. Y tiempo, también el suficiente, para que todo fluya. Y, sobre todo, también se necesita recuperar la normalidad. Que competir y perder ante los dos mejores equipos del mundo no sea considerado un fracaso.

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