MÁS EMPUJE QUE FÚTBOL


El Sevilla FC de Jorge Sampaoli sigue avanzando en el tortuoso camino de hacerse (y sentirse) un equipo. El fútbol, y con el la construcción de los modelos de juego, no es otra cosa que llevar al a su máxima expresión la fórmula de prueba y error, y Sampaoli sigue tocando teclas hasta que la melodía le convenza. Ante Las Palmas, el Sevilla FC exhibió los enormes defectos que aún arrastra, y las virtudes que ha conseguido potenciar (de las que ahora hablaremos con algunas necesarias puntualizaciones). 

El equipo de Quique Setién viene de un inicio de campeonato realmente apabullante. Con los sinos de un conjunto trabajado y metódico, el equipo amarillo conoce a la perfección sus capacidades y sabe también disimular sus defectos, o al menos reducir las opciones rivales de atacarlos. En juego compiten contra casi cualquiera, el problema es que en el fútbol, en un porcentaje elevadísimo, el peso de las individualidades decanta muchas veces la balanza. Y el Sevilla, que de momento fútbol tiene poco, sí que tiene jugadores súper determinantes para poder ganar mientras aprende a encontrarse,

La primera mitad fue una película de terror. N´Zonzi no es mediocentro, y ni mucho menos está capacitado para valerse por sí mismo en un rol tan complejo. En esa zona se precisa a un jugador mucho más plástico, con más velocidad en el giro y que sea capaz de generar dinamismo. Si el Sevilla no es dinámico en la base, el equipo se pierde en pases horizontales y falta de ritmo y el rival tiene tiempo sobrado para organizarse. Y eso pasaba. N´Zonzi recibe, pero le cuesta orientar bien el cuerpo en una posición en la que hacerlo, y además con velocidad, lo es todo. Dos segundos de más en orientar la jugada y el rival te come en la presión. ¿Situación? Quien tiene que sacar la pelota, que no es precisamente docto a la hora de batir líneas, se encuentra en una compleja encrucijada en la que no tiene tiempo ni espacio para decidir. Balón atrás y comienza el bucle. Esa ausencia de dinamismo la camufló un poco Nasri cuando centró su posición -pasó del extremo izquierdo el interior- y se acercó a pedirla. A la ausencia de dinamismo se le unió un centro del campo que jamás replegaba tras pérdida. No había presión, ni intensidad, y cada balón perdido era una oportunidad de hacer daño para la UD Las Palmas, que a los mandos de Roque Mesa demostró ser uno de los equipos que mejor interpreta el contragolpe del campeonato. Al lado de Ganso pasaban como aviones, y N´Zonzi, que es todo menos un Busquets, no sabía ni por donde le venían. Sampaoli se vio obligado a hacer ciertos reajustes y el equipo ganó presencia, y sobre todo, seguridad. 

Pero quien realmente permitió al Sevilla vivir en campo contrario, como tantas otras veces, fue Víctor Machín. ¿Qué le da Vitolo al Sevilla? Hay algo que le da y que no debería ser tan necesario, y se trata de llevarlo 20 metros más arriba. Son circunstancias que el Sevilla tiene que aprender a gestionar de una forma más coral y no como producto de beneficios individuales. Es evidente que las individualidades van a sacarte de muchos apuros, pero no debe ser la constante sobre la que se asiente una idea. Cuando el Sevilla reduce el campo a lo largo se encuentra mucho más cómodo, porque logra conectar con los de arriba. Sarabia y Vitolo activaron a los laterales porque consiguieron arrastrar marcas rivales y liberar espacios exteriores, y el Sevilla lograba profundizar. La profundidad se conseguía mucho más por empuje que por mecanismos asentados de progresión en el juego, y la fe, y la fortuna, tomaron cuerpo con una remontada en los últimos 5 minutos de partido. 

Mientras tanto, 7 puntos de 9, un buen comienzo para un equipo que aún está tratando de construirse. Muchas emociones y una cierta inestabilidad que esperemos que no impaciente a la grada. Esto lleva tiempo, señores, y el fútbol, tarde o temprano, complementará a la fe.

PD: Fotografía de CRISTINA QUICLER/AFP/Getty Images

1 comentario:

  1. Sevilla FC es también el club más exitoso de Andalucía, ganando un título de liga nacional en 1945-46, cinco Copas españolas (1935, 1939, 1948, 2007 y 2010), una Supercopa de España (2007), un récord de cinco Copas de la UEFA / Ligas de la UEFA Europa (2006, 2007, 2014, 2015 y 2016) y la Supercopa de la UEFA 2006.

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